Adolf Hitler
En 1933 Adolf Hitler se alza con el poder en Alemania como líder del partido de extrema derecha NSDAP. El partido nacionalsocialista, cuyos seguidores fueron llamados nazis, creció en apoyos gracias a la crisis económica y a los deseos de venganza por la manera en la que Alemania había sido tratada tras la Primera Guerra Mundial. Hitler quiere convertir a Alemania en la nación más poderosa de Europa. En 1938 anexiona Austria, su país natal. Después anexiona un trozo de Checoslovaquia. Su posterior invasión de Polonia desencadenaría la declaración de guerra del Reino Unido y Francia a la Alemania nazi: ha comenzado la guerra. En Mayo de 1940 Hitler invade Francia. En ese ataque, los Países Bajos y Bélgica también son ocupados.
La mañana del viernes 10 de Mayo de 1940 los soldados alemanes traspasan la frontera neerlandesa. En ejército neerlandés no está preparado para combatir a la poderosa maquinaria de guerra Alemana. Después de que los alemanes bombardeen el centro de Rotterdam, el alto mando del ejército neerlandés decide rendirse. El gobierno, incluyendo a la reina, se exilia a Inglaterra.
Ocupación
La Holanda ocupada fue gobernada primeramente por el ejército alemán, pero pronto se estableció un gobierno ciudadano. Hitler tenía una razón para ello: los neerlandeses son para él un “pueblo germánico hermano” y deben ser ganados para el nacionalsocialismo. Según él, la mejor manera de lograr esto es dejando a los neerlandeses tanta autodeterminación como sea posible, si bien con funcionarios alemanes en las capas más altas del gobierno. Los alemanes cuentan con la colaboración de los miembros del NSB, el partido nazi neerlandés, un partido con ideas parecidas al NSDAP alemán, al que también se unieron oportunistas e interesados.
Cuando Hitler se lanza contra la Unión Soviética en 1941, unos dos mil neerlandeses deciden unirse al ejército alemán. Pero también hay personas que deciden unirse a la resistencia. Tienen sus propios periódicos que distribuyen en secreto. También atacaban a los ocupantes y a sus colaboradores. El apoyo a la resistencia crece hacia el final de la guerra. La mayoría del pueblo neerlandés es anti-alemán de manera pasiva, y se adapta a las circunstancias como puede.
Persecución
En un principio la ocupación no parece muy problemática, pero pronto empieza a ser evidente la falta de libertad. Los ocupantes reaccionan a las primeras acciones de resistencia con duros castigos. Los hombres neerlandeses son forzados a trabajar en fábricas alemanas. Hubo personas que fueron apresadas en cárceles y campos de concentración sin ningún tipo de proceso judicial. La vida fue mucho más difícil sobretodo para los judíos neerlandeses, debido a la creciente cantidad de leyes anti-judías. Desde 1942 los ocupantes alemanes deportaron desde los Países Bajos a más de cien mil hombres, mujeres y niños judíos en trenes de mercancías con destino a campos de concentración. La gran mayoría fueron asesinados. Se calcula que el terror nazi asesinó a seis millones de judíos y cien mil Sinti y Roma, minusválidos, homosexuales y testigos de Jehová.
El Invierno del Hambre y la Liberación
En el otoño de 1944 las tropas aliadas liberaron el sur de los Países Bajos. La zona al norte de los grandes ríos no comienza a ser liberada hasta la primavera de 1945. En los meses entre ambos eventos, las provincias y, sobre todo, las ciudades aún ocupadas, tienen que enfrentarse al “Invierno del Hambre”. Se estima que por lo menos dos mil personas murieron por falta de alimentos. El 5 de Mayo de 1945 el ejército alemán se rinde y los Países Bajos son liberados. Las Indias Neerlandesas aún están en manos de las fuerzas de ocupación japonesas. Japón capitula el 15 de Agosto de 1945, después del lanzamiento de las bombas atómicas de Hiroshima y Nagasaki.
Conmemoración
Los recuerdos de esta traumática guerra aún tienen una fuerte influencia en la sociedad neerlandesa. Cada 4 de Mayo se honra a las víctimas de la guerra, y cada 5 de Mayo se celebra la liberación.